Reflejo de un Susurro
La Belleza invisible de lo Cotidiano

Hay sesiones que se planean con semanas de anticipación, moodboards, referencias, videollamadas… y hay sesiones como esta. Improvisadas, espontáneas y deliciosamente impredecibles.
Todo comenzó en un viaje de trabajo a Atlanta, Georgia. Entre reuniones, correos y café frío, decidí matar el tiempo visitando un par de amistades que no veía desde hace años. Lo que empezó como un reencuentro tranquilo, con cuentos viejos y tragos nuevos, terminó en lo que podríamos llamar: una emboscada artística.
Entre risas, surgió el inevitable:
—“¿Y que tal si hacemos unas fotos?”
A lo que respondí con el clásico:
—“¡¿Y los outfits?!”
El Concepto:
Las Mejores Tomás:









